Pavimento

No voló ni entendió lo que pasaba.

Dos realidades inexorables decidieron su destino, la goma ciega de la rueda y una anónima porción de pavimento.

No hay pena ni réquiem por su ausencia; no hay grito de dolor, propio o ajeno. El universo se apagó sin aspavientos. Sin tiempo de evocar o comprender. Se apagó presto.

¿Porqué la tierra, cuando el destino es aire, nube y viento?

¿Para qué pensar, si al irse, el abandono es absoluto y es perfecto?

Finalmente no se trata de euforia ni tristeza. Solo de una huella leve, que la próxima lluvia borrará con indolencia.

 

 

Agua del Cielo

Lluvia, agua de cielo.

Cómo se soporta la transición de nube a cieno?

Pero no todos los cambios son quebrarse de universos.

Hay cambios que suceden lentamente.

Otros, conmutan paraísos en infiernos.

Y finalmente es lo mismo. Arriba como abajo.

En la tierra, como en el cielo. El agua es agua.

Y es una porción de firmamento.

 

 

Amanecer

Escuché el primer trino.

La luz que filtraban las persianas golpeó con igual furia mis ojos y las sombras.

Supe con dolor que otra noche se había ido.

 

Silueta

Silueta que no describe, sólo enmarca.

Cuando no somos,

cuando la llama vacila,

nos definimos por ausencias.

Somos silueta sobre fondo ajeno,

que no alcanza.

Sin importar cuan bello sea.