![]() No voló ni entendió lo que pasaba. Dos realidades inexorables decidieron su destino, la goma ciega de la rueda y una anónima porción de pavimento. No hay pena ni réquiem por su ausencia; no hay grito de dolor, propio o ajeno. El universo se apagó sin aspavientos. Sin tiempo de evocar o comprender. Se apagó presto. ¿Porqué la tierra, cuando el destino es aire, nube y viento? ¿Para qué pensar, si al irse, el abandono es absoluto y es perfecto? Finalmente no se trata de euforia ni tristeza. Solo de una huella leve, que la próxima lluvia borrará con indolencia.
![]() Lluvia, agua de cielo. Cómo se soporta la transición de nube a cieno? Pero no todos los cambios son quebrarse de universos. Hay cambios que suceden lentamente. Otros, conmutan paraísos en infiernos. Y finalmente es lo mismo. Arriba como abajo. En la tierra, como en el cielo. El agua es agua. Y es una porción de firmamento.
![]() Escuché el primer trino. La luz que filtraban las persianas golpeó con igual furia mis ojos y las sombras. Supe con dolor que otra noche se había ido.
![]() Silueta que no describe, sólo enmarca. Cuando no somos, cuando la llama vacila, nos definimos por ausencias. Somos silueta sobre fondo ajeno, que no alcanza. Sin importar cuan bello sea. |
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